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IoT y ciberseguridad: riesgos en dispositivos conectados

La revolución del Internet de las Cosas (IoT)

El Internet de las Cosas (IoT) está transformando hogares, industrias y ciudades. Desde relojes inteligentes y asistentes virtuales hasta sensores en fábricas y dispositivos médicos, el IoT mejora la eficiencia, la recopilación de datos y la comodidad. Sin embargo, este ecosistema interconectado también presenta riesgos importantes en materia de ciberseguridad.

Vulnerabilidades comunes en dispositivos IoT

Muchos dispositivos conectados no se diseñan con la seguridad como prioridad. Algunas de las vulnerabilidades más frecuentes incluyen:

  • Contraseñas predeterminadas: muchos dispositivos vienen con credenciales de acceso por defecto que no se cambian.
  • Falta de actualizaciones: los fabricantes no proporcionan parches de seguridad regulares o los usuarios no los instalan.
  • Protocolos de comunicación inseguros: la transmisión de datos sin cifrado facilita la interceptación.
  • Puertos abiertos innecesarios: que pueden ser utilizados por atacantes para acceder remotamente.

Estas debilidades permiten que los ciberdelincuentes comprometan dispositivos y redes enteras.

Tipos de ataques a dispositivos IoT

Entre los ataques más comunes dirigidos a entornos IoT se encuentran:

  • Botnets: los dispositivos infectados se agrupan en redes que lanzan ataques DDoS, como sucedió con Mirai en 2016.
  • Acceso remoto no autorizado: se toman el control de cámaras de seguridad, cerraduras inteligentes o sistemas industriales.
  • Ransomware: bloquean el funcionamiento de dispositivos críticos y exigen un rescate.
  • Escucha de datos: interceptan información personal o confidencial, como hábitos del hogar o datos médicos.

La diversidad y volumen de dispositivos amplifica el alcance de estos ataques.

Riesgos en entornos domésticos e industriales

En el hogar, el IoT puede facilitar el espionaje, la suplantación de identidad y el acceso a redes internas. En sectores industriales (IIoT), un ciberataque puede tener consecuencias graves, desde detener líneas de producción hasta provocar accidentes o pérdidas económicas considerables.

Buenas prácticas de seguridad para IoT

La mitigación de riesgos en IoT comienza por aplicar medidas básicas de ciberseguridad:

  • Cambiar contraseñas predeterminadas: usar claves fuertes y únicas para cada dispositivo.
  • Actualizar firmware regularmente: asegurarse de que los dispositivos cuenten con los últimos parches de seguridad.
  • Segmentar la red: separar los dispositivos IoT de la red principal de datos o trabajo.
  • Deshabilitar servicios innecesarios: apagar funciones que no se utilicen para reducir la superficie de ataque.
  • Activar cifrado: proteger la transmisión de datos con protocolos seguros como TLS o WPA3.

Estas acciones ayudan a fortalecer la protección del entorno conectado.

El papel del usuario y del fabricante

La seguridad de los dispositivos IoT es una responsabilidad compartida. Los fabricantes deben incorporar seguridad desde el diseño (security by design) y garantizar actualizaciones automáticas, mientras que los usuarios deben tomar medidas informadas sobre el uso, la configuración y el mantenimiento de sus dispositivos.

Normativas y estándares emergentes

Ante la proliferación del IoT, diversos organismos están desarrollando normativas para mejorar su ciberseguridad:

  • ETSI EN 303 645: estándar europeo para la seguridad de productos IoT de consumo.
  • IoT Cybersecurity Improvement Act (EE.UU.): regula requisitos de seguridad en dispositivos usados por agencias federales.
  • NIST: publica guías para la gestión segura de dispositivos conectados.

Estas regulaciones promueven un ecosistema más seguro y confiable.

Impacto en la privacidad

Muchos dispositivos IoT recopilan datos sensibles como imágenes, hábitos, ubicación o biometría. Una brecha de seguridad puede traducirse en una violación grave de la privacidad del usuario. Por ello, es clave:

  • Leer y comprender las políticas de privacidad de los dispositivos.
  • Configurar adecuadamente los permisos de recopilación y almacenamiento de datos.
  • Eliminar o resetear los dispositivos antes de venderlos o desecharlos.

La protección de la privacidad debe ser una prioridad desde la compra del dispositivo.

Casos reales que evidencian el problema

En 2021, un grupo de hackers logró acceder a más de 150.000 cámaras de seguridad conectadas a la red de la empresa Verkada, incluyendo instalaciones de hospitales, cárceles y empresas. El ataque mostró cómo una sola vulnerabilidad puede afectar a miles de dispositivos y usuarios.

El futuro del IoT seguro

Con la expansión del 5G y la inteligencia artificial, se espera un crecimiento exponencial de dispositivos conectados. Para garantizar un futuro IoT seguro, será esencial:

  • Adoptar el diseño seguro desde el desarrollo.
  • Colaborar entre gobiernos, fabricantes y usuarios.
  • Incluir seguridad como un valor comercial diferenciador.

Solo así se podrá aprovechar el potencial del IoT sin comprometer la seguridad de las personas y organizaciones.

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